Mi tía Enriqueta tiene una peluquería y tuvo la brillante idea de crear una página de Facebook para promover su negocio. Durante alrededor de dos meses estuvo publicando con regularidad en su nueva plataforma digital, muy contenta y entusiasmada. Pero poco a poco fue desanimándose. Aparte de los amigos invitados a través de Facebook, casi nadie se apuntaba a la página, apenas recibía comentarios o “me gusta” en sus entradas. Con el tiempo fue abandonando su actividad en la célebre plataforma creada por Mark Zuckerberg.
Este es un claro ejemplo de lo que le sucede a muchas personas. Que Facebook no termina por ser la panacea que esperaban. Generalmente, para que las redes sociales den un buen rendimiento, conviene enfocar algunos puntos con la mayor claridad posible.
7 pautas para nuestra página de Facebook
1) En primer lugar, saber qué queremos conseguir exactamente utilizando las redes sociales. Si no afinamos bien la puntería con esto, es fácil que el tiro nos salga por la culata. Cuanto más concretas sean nuestras metas, más acertaremos en la diana.
2) Una vez establecido el primer punto, ahora le toca el turno a pensar en nuestro público objetivo: ¿quiénes son, cuál es su perfil? ¿Son jóvenes, residentes en Madrid, aficionados al fútbol, profesionales de un sector empresarial determinado, etcétera? No tener en cuenta a quién nos dirigimos (no pensar en el interlocutor) puede llevar nuestras acciones en las redes por unos derroteros nada deseables…
3) Una vez sabemos los objetivos y quiénes deberían ser nuestros seguidores, viene la planificación. Establecer frecuencia de publicación, horarios, líneas temáticas a abordar… Hay quien cree que esto de las redes sociales se hace “sobre la marcha”, con espontaneidad, con inspiración. Habrá a quien le funcione esta postura, no vamos a decir que no. Pero ¿dejaríamos en manos del azar el desarrollo o supervivencia de nuestra empresa? Pues eso.
4) Conviene ser distintos o, mejor dicho, “distintivos”. Tiene que haber algo que nos diferencie de nuestro sector, algo que nos haga más interesantes que el numeroso y apretado resto. Este es quizá un punto clave muy pocas veces contemplado. No hablamos de las temáticas que abordamos con regularidad en las redes sociales, sino del tono con que transmitimos esas temáticas. Ese tono, ese toque que nos distingue. No es nada fácil hallar ese tono que nos dé brillo y realce, puede llevar su tiempecito y varias pruebas y error.
5) Cuidar los detalles es importante. Parece una obviedad, pero cuando vemos constante y masivamente toneladas de faltas de ortografías, fotos mal recortadas, etcétera, en muchísimas páginas de Facebook o Twitter, queda patente que hay mucho desaliño en la red. Y la (buena) imagen cuenta, y mucho.
6) Todas tus acciones en redes sociales han de ser medibles. Tienes que conocer los resultados de lo que haces. Aquí solemos imaginar, especular o inferir tangencialmente, y no utilizamos las herramientas que te da el propio Facebook, por ejemplo, para medir cómo están funcionando tus acciones. Interpretar de forma adecuada las estadísticas o la monitorización es, seguramente, tu mejor aliado.
7) Tal y como descubrió mi tía Enriqueta, esto de las redes sociales es un mundo tan multitudinario y complejo, que quizá antes de tirar la toalla, podrías recurrir a dejar tus redes en manos de expertos y profesionales. Sobre todo si ya eres consciente de la cantidad de tiempo extra que supone tener las redes sociales al día. Ya sabes, en Visible Comunicación podemos echarte una mano, consúltanos.
Pepe Martín. Colaborador de Visible Comunicación Estratégica.