Las Palmas de Gran Canaria apuesta por el cuidado de la piel
Cuando éramos pequeños e íbamos a la playa en verano, mi padre, que no veía el sol más que en pinturas al óleo, no tardaba ni media hora en achicharrarse ante la exposición solar. Al ver la coloración rojilla de su piel, mi hermana y yo decíamos “Papá está rosita”. Y luego veíamos al hombre…